Vestigios del pasado

LA CULTURA CHINCHORRO Y SUS MOMIAS

Preservado por uno de los climas más secos de la Tierra, un cadáver enterrado hace mucho tiempo en el desierto chileno de Atacama conserva piel, pelo y ropa de hace siglos.

Los cadáveres naturalmente deshidratados como éste probablemente inspiraron al antiguo pueblo Chinchorro de la región a momificar activamente a sus muertos, según especulan los científicos en un nuevo estudio. Los investigadores sugieren que esta práctica se desarrolló en una época de abundancia natural y crecimiento demográfico, cuando los Chinchorro tenían más capacidad para innovar y desarrollarse culturalmente.

Los Chinchorro, que vivían en aldeas de pescadores en las costas de Chile y Perú, empezaron a momificar esqueletos en el año 5050 a.C., miles de años antes que los egipcios. Los arqueólogos se preguntan desde hace tiempo cómo surgió esta práctica -y un culto a la muerte relacionado con ella- y algunos especulan que fue importada de la cuenca del Amazonas, mucho más húmeda.

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La cultura Chinchorro momificaban a sus muertos antes que los Egipcios

 

Pues sí, como dice en título genérico de esta entrada había una vez un pueblo que momificaba a sus muertos mucho antes de que los egipcios soñaran siquiera con hacerlo. Eran lo que hoy se denominan Cultura Chinchorro, y ni estaban en África ni levantaban pirámides. Se trataba de un grupo humano que habitaba las costas del desierto de Atacama entre los años 7020 y el 1500 a.C. Total nada, la friolera de casi 6000 años viviendo en una zona que iba desde Ilo en Peru hasta Antofagasta en Chile. Estos primitivos pobladores dedicados a la recolección, la caza, y sobre todo la pesca como medio de susbsitencia, tienen la peculiaridad de ser la cultura más antigua en momificar a sus muertos, a pesar de lo cuál siguien siendo bastante desconocidos fuera de América del Sur. De manera que desde aquí vamos a intentar saber algo más de este pueblo, pero sobre todo de sus peculiares momias.
Momias Chinchorro.

De dónde venían los primeros moradores de esta franja costera es algo que aún plantea dudas a los investigadores, quizá de una migración desde el Amazonas o los Andes, en cualquier caso se asentaron en esta árida región que tal vez en esos momentos no era tan árida. Pablo A. Marquet de la Universidadad Católica de Chile afirma que son los cambios climáticos los que propicían el asentamiento y el comienzo de las momificaciones. Hace unos 7400 años en el desierto de Atacama se produjo una “fase húmeda” y creció el nivel del mar y de las aguas profundas en la costa del Pacífico, ello permitió el incremento de la vida marina, y eso para un pueblo en busca de sustento es una razón de peso para asentarse y desarrollar una cultura más compleja que implica rituales relacionados con la muerte.

Momia Chinchorro. 3000 a.C.

Para otros investigadores estos pueblos nómadas sufrían una elevada tasa de abortos y de mortalidad infantil, posiblemente a causa de las altas tasas de arsenio que se encuentran en la zona, y ello les llevó a intentar conservar la memoria de sus hijos muertos. Cambiando la vida nómada por la sedentaria crearon poblados permanentes y explotaron los recursos marinos, que complementaron con la caza de aves y auquénidos (llamas, alpacas, guanaco, vicuña). Las desembocaduras de los ríos ofrecían el complemento ideal a los que el cercano mar les daba, y así recolectaban quinoa o el junquillo para sus esteras y cordeles.

Reconstrucción proceso de momificación.
Museo Arqueológico de S. miguel de Azapa.

Pero lo que convierte en especial a la Cultura Chinchorro, llamada así por la playa donde se han encontrado importantes hallazgos, son sus momias. No sólo las momias de Chinchorro son especiales por la antigüedad que tienen sino también por la forma en que fueron realizadas. Los descubrimientos de cuerpos momificados en la playa mencionada en el año 1917 despertó el interés de los eruditos. El arqueólogo alemán Max Uhle las estudió en 1919. Tardarían aún bastante en datar las momias y dar a las más antiguas una fecha de unos 7000 años. Al  margen de los cuerpos momificados de forma natural, otros lo habían sido artificialmente y algunos de una forma bastante compleja. De las momias artificiales de Chinchorro las más antiguas pertenecían a la modalidad que se empezó a llamar “momias negras”, pues presentaban este color al haber sido pintadas con manganeso, y se les asignó una fecha cercana al 5050 a.C. Mucho más tarde, ya en torno al 2500 a.C., aparecieron las “momias rojas” que eran pintadas con oxido férrico, y de éstas últimas se evolucinó a las “momias vendadas”, desde el 2000 al 1500 a.C.

“Momia negra”. Cubierta de manganeso.

Lo peculiar de estas momias americanas es el tratamiento a que eran sometidos los cuerpos, el elaborado proceso que se aplicaba que las convertía en casi una obra de arte. Las primeras fueron producto de una momificación natural resultado de las características físicas del terreno. Sin embargo después auténticos especialistas comenzaron a momificar a los niños, incluso a los fetos, seguramente para poder sobrellevar mejor su muerte. Primero desmontaban el cuerpo, cortando cabeza y extremidades que eran expuestos al sol, luego se extraían las visceras y la carne a través de incisiones, dejando sólo un esqueleto descarnado a modo de armazón. Entonces se comenzaba a trabajar la cabeza a la que se le extraía el cuero cabelludo y la piel, y por supuesto el cerebro, y entonces ya tenían preparado el cuerpo para volverlo a montar como si fuera un macabro puzzle, pero sustituyendo las partes que se estropeaban por otras más duraderas. En lugar del cerebro se rellenaba el cráneo con tierra, arcilla, ceniza, y se le ponía pelo de animal o el propio. El resto del cuerpo iba siendo rellenado en sus huecos, colocando varas para dar rigidez a los miembros, se modelaba distintas partes con arcilla, se ponían haces de paja o palitos en lugar de huesos, incluso se sustituía la falta de algún hueso con otro similar, también el barro seco podía sustituir a la carne. Así mismo podían usar pieles de animales como el lobo marino para sustituir la piel original deteriorada, y finalmente se pintaban y vestían con fibras vegetales. El resultado final era toda una obra de artesanía donde era casi imposible distinguir las partes propias del difunto de los añadidos.

“Momia Roja”.

Por supuesto con el paso de los milenios,  no olvidemos que comenzaron en el 5050 a.C. y siguieron haciendolo hasta el 1500 a.C., cambiaron las técnicas, evolucionaron las formas de momificación, del manganeso pasaron al oxido férrico o finalmente a vendar las momias con piel. Los investigadores afirman que la forma de momificación al revés que en Egipto no mejoró, sino que cambió, se destruía menos el cuerpo, se modificaba menos el cadáver, y por tanto eran menos eleaboradas las más recientes que las antiguas, pero todas conservaban rasgos comunes, el uso de pelucas, máscaras faciales, y palos para reforzar el cuerpo. También a diferencia de los egipcios las momias de Chinchorro eran, si cabe decirlo, más democráticas, se momificaba a todos, no importaba el estrato social, y si bien eran más comunes los niños pronto se sumaron mujeres y hombres adultos al proceso de momificación.

Momia vendada.

También este pueblo de la cultura del Chinchorro tenía un concepto diferente de sus muertos. Las momias eran parte de la comunidad. De alguna manera era una forma de mantener a los desaparecidos con ellos, como si estuvieran vivios, por eso les dejaban en la mascara facial la boca  y los ojos abiertos. Las trasladaban con ellos en camillas hechas de fibra vegetal y pieles, y sólo después de un tiempo las enterraban de forma colectiva en una fosa casi superficial.

El estudio de las momias de Chinchorro ha ido desvelando más y más cosas sobre este pueblo de la prehistoria de América del Sur. En los cuerpos de los hombres se ha notado una deformidad, el llamado oído de buzo, que demuestra que pasaban mucho tiempo bajo el agua: en sus denticiones que comían productos del mar crudos mezclados con arena; e incluso por la colación de los cuerpos: mujeres con niños en el pecho, o momias infantiles entre dos adultos, demuestra el sentido de pertenencia a una tribu o familia. De la misma manera la escasa presencia de ajuar con las momias ha llevado a los estudiosos a pensar en la no creencia de estos pueblos en la vida ultraterrena, y por tanto las momias eran más un recordatorio que una preparación para la vida en el más allá.

Chile ha colocado las momias de Chinchorro en una lista para presentarlas como candidatas a ser declaradas Patrimonio de la Humanidad, mientras en los museos nacionales y universidades trabajan para conservar los restos de sus antepasados y dar a conocer al mundo a este antiquísimo pueblo que mucho antes que los egipcios ya momificaba a sus muertos.

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