Condenado a prisión: el falso abogado neuquino que estafó por millones

Martín Alexis Lino, el hombre que se hizo pasar por abogado en múltiples ocasiones, fue condenado a tres años de prisión efectiva por protagonizar estafas millonarias en perjuicio de personas vulnerables. El fallo fue dictado por un tribunal integrado por los jueces Carina Álvarez, Natalia Pelosso y Luis Giorgetti, tras una audiencia en la que el acusado aceptó su responsabilidad.

 

Martín Lino se hizo pasar por abogado en varias oportunidades y recibió a cambio importantes sumas de dinero.

FOTOS ; Claudio Espinoza

📆 Dos años, dos estafas

Lino fue declarado culpable por dos maniobras fraudulentas ocurridas en 2022 y 2024:

  • En 2022, cobró $292.000 a una persona imputada y a su pareja, desaconsejando que se presentara a una audiencia judicial. La víctima fue detenida días después, y los familiares descubrieron que Lino no era abogado, sino cliente en otra causa del letrado con el que decía trabajar.
  • En 2024, repitió el engaño con familiares de dos detenidos, prometiendo su liberación a cambio de pagos que totalizaron más de $16 millones. Incluso simuló un juicio ficticio por $88 millones y contó con la colaboración de un falso fiscal para inducir a las víctimas a endeudarse por supuestos gastos judiciales.

⚖️ Un fallo con matices

Durante la audiencia de determinación de la pena, el fiscal jefe Mauricio Zabala solicitó cuatro años de prisión efectiva, argumentando la reincidencia del imputado y la especial vulnerabilidad de las víctimas. La defensa no se opuso, pero el tribunal resolvió imponer una pena un año menor.

 

 

La jueza Pelosso explicó que, si bien el límite superior es la pena solicitada por la fiscalía, “si los fundamentos son insuficientes, no existe obstáculo para imponer una pena inferior”.

🚨 El inicio del cumplimiento

Tras la resolución, Lino comenzó a cumplir la condena en prisión. El castigo es de cumplimiento efectivo, tal como lo había solicitado el Ministerio Público Fiscal.

La investigación reveló un patrón de engaños sistemáticos, donde el acusado se presentaba como abogado, cobraba grandes sumas de dinero y manipulaba emocionalmente a las víctimas con promesas falsas de libertad. En ambos casos, el descubrimiento de la verdad llegó por advertencias externas, cuando terceros alertaron que Lino no estaba matriculado ni habilitado para ejercer.

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