Un Poema y una Foto
Nota: Dario Martinez
En el devenir de los días, hay días que los convierto en noches y son innumerables las madrugadas en las que me he desvelado junto a un café detrás de la internet, buscando un motivo a esta pandemia. Lo cierto es que a lo largo de la historia de la humanidad, las pandemias se han contado por millares asolando al planeta en cada uno de sus rincones, dejando detrás de sí, muerte y desolación.
Lo curioso es que aún no hemos aprendido como sociedad el simple significado del valor de cada vida, y el método de cuidar al prójimo, sigue siendo tan antiguo como efectivo.
Como amo los relatos de Historias y más aun si son acompañadas de fotografías antiguas, escudriñando en la web encontré este poema escrito por el comediante y actor cubano Alexis Valdés en el año 2020 con esta tierna fotografía de dos niños con sus tapabocas, por lo que pude investigar son vendedores de diarios en la pandemia de la gripe española de 1918.
La foto enternece y es parte de un archivo histórico. Un siglo después la historia se repite pero hoy esta foto junto al poema toma mucho significado, el Déjà vu eterno que tiene la humanidad de olvidar las historias que han marcado con fuego nuestra existencia en este planeta.
Cuidémonos, de nosotros depende .
….
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ESPERANZA
Por: Alexis Valdés
Cuando la tormenta pase
Y se amansen los caminos
y seamos sobrevivientes de un naufragio colectivo.
Con el corazón lloroso
y el destino bendecido
nos sentiremos dichosos
tan sólo por estar vivos.
Y le daremos un abrazo
al primer desconocido
y alabaremos la suerte
de conservar un amigo.
Y entonces recordaremos
todo aquello que perdimos
y de una vez aprenderemos
todo lo que no aprendimos.
Ya no tendremos envidia
pues todos habrán sufrido.
Ya no tendremos desidia
Seremos más compasivos.
Valdrá más lo que es de todos
Que lo jamás conseguido
Seremos más generosos
Y mucho más comprometidos
Entenderemos lo frágil
que significa estar vivos
Sudaremos empatía
por quien está y quien se ha ido.
Extrañaremos al viejo
que pedía un peso en el
mercado, que no supimos su nombre
y siempre estuvo a tu lado.
Y quizás el viejo pobre
era Dios disfrazado.
Nunca preguntaste el nombre
porque estabas apurado.
Y todo será un milagro
Y todo será un legado
Y se respetará la vida, la vida que hemos ganado.
Cuando la tormenta pase
te pido Dios, apenado,
que nos vuelvas mejores,
como nos habías soñado.