La EPET Nº 11 trabaja en proyectos solidarios con vecinos

A partir de necesidades de hogares de la comunidad de Zapala, la institución ejecuta un proyecto educativo que incluye la producción de ecoleña así como instalaciones eléctricas en domicilios de familias de escasos recursos, entre otras acciones.

La Escuela Provincial de Enseñanza Técnica (EPET) Nº 11 de Zapala se encuentra ejecutando un proyecto institucional solidario que colabora con las necesidades de los domicilios de familias de escasos recursos en su zona de influencia. Esto incluye principalmente instalaciones eléctricas y fabricación de ecoleña para calefacción.

El proyecto “Aprender siendo solidarios” está a cargo del docente Diego Melillan y lo llevan adelante alumnos de 5º y 6º año. “Tenemos ganas de trabajar y tenemos ganas de hacer, hoy estamos fabricando ecoleña a pequeña escala, pero yo sé que esto el año que viene va a crecer mucho”, explicó.

La tarea solidaria combina la ejecución del aprendizaje técnico y la formación en valores, tales como el bien común, la empatía, la solidaridad, el respeto, la tolerancia, y el acceso a igualdad de oportunidades. En su puesta en marcha, la propuesta dio origen a tareas como la producción de ecoleña, la fabricación de estufas solidarias y tareas de instalaciones de electricidad.

Melillan contó cuál fue el hecho que motivó el inicio del proyecto, en mayo del año pasado: “Escuché la noticia del incendio de la casa de unos vecinos, una pareja de adultos mayores, que fue causado por un desperfecto eléctrico; fue entonces que les consulté a los chicos de 5º y 6º año si se animaban a realizar la instalación eléctrica como una forma de ayudarlos”.

“En seis días les hicimos la instalación completa con la colocación de pilar, sellado de zanjas y demás procedimientos”, explicó el docente, que dicta la materia Taller de Electricidad y Soldadura.

Asimismo, el mes pasado concretaron la primera entrega e instalación de una estufa solidaria, que es otra de las líneas de trabajo que contempla el proyecto. Este desarrollo se basa en el armado de una estructura metálica que se suelda y es revestida con ladrillo y adobe, y es donada a vecinos que no cuentan con calefacción. En la actualidad están analizando dónde instalar otras dos estufas ya construidas.

Según señaló Melillan, a partir de esta iniciativa notaron que hay gran cantidad de vecinos que no cuentan con leña o tienen en pequeñas cantidades y es escasa. “Empezamos con una idea que les propuse a los chicos: cómo podemos crear leña porque claramente aquí es una necesidad”, comentó.

El diagnóstico dio inicio al proceso de producción de ecoleña que es fabricada a partir de desechos como papel, cartón y aserrín y, como prueba, añadieron otros elementos como hojas, entre otros aditivos. Luego de dos meses de trabajo obtuvieron una leña que es funcional y que rinde prácticamente como leña de álamo, que es la más utilizada en la zona.

“La producción de ecoleña es nuestro fuerte”, sostuvo Melillan. El proyecto al momento ya ha entregado 200 bloques de eco leña y se destaca otra propuesta con un alcance mayor, vinculada a que los vecinos fabriquen sus propias ecoleñas y puedan abastecerse de esa manera durante los meses de temperaturas bajas.

“Nuestra idea es fabricar diez equipos de prensado y donarlos a distintas instituciones, para después convocar a los vecinos y enseñarles a fabricar la ecoleña. Van a tener cero costos porque van a trabajar con la materia prima que tienen a mano”, anunció.

Durante este tiempo, más de 60 estudiantes ya tomaron contacto con el proyecto que también cuenta con el acompañamiento del equipo directivo y docentes de otras áreas.

“Las experiencias son únicas, como la vez que llegamos con ecoleña a la casa de un vecino, adulto mayor, que vive solo y en ese momento estaba durmiendo porque no tenía cómo calefaccionarse: su emoción fue total. Llegamos, prendimos el fuego, charlamos y compartimos un momento con él”, describió el docente.

Aseguró que los estudiantes se comprometieron con la tarea al punto que sumaron otra labor solidaria, como fue hacerle entrega de alimentos. “Que los chicos cuenten con esa experiencia y que se involucren hace que el corazón explote, porque realmente lo hacemos con amor; y cuando ven estas realidades, estas necesidades, ellos dicen sentirse muy agradecidos por ser parte de este proyecto”, concluyó.

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