Invasión de jabalíes: Qué enfermedad pueden transmitir
Científicos de instituciones públicas detectaron la presencia de patógenos en animales que estaban cerca de Bariloche y San Martín de los Andes
El trabajo fue llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Conicet, la Dirección Provincial de Sanidad y Emergencia Agraria de Neuquén y el Departamento de Parasitología del Instituto ANLIS/ Malbrán en Buenos Aires.
Identificaron muestras de jabalíes con el parásito (que llaman Trichinella spiralis) cerca de zonas urbanas de Neuquén y Río Negro. La distancia declarada de los animales infectados cazados oscilaba entre 11 y 40 kilómetros cerca de las ciudades como Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y Junín de los Andes.
Los resultados fueron publicados en la revista Brazilian Journal of Veterinary Parasitology: el 5,8 % de los 1.694 ejemplares analizados dio positivo. En diálogo con Diario RIO NEGRO, los investigadores comentaron que las proyecciones indican que la población de jabalíes se mantendrá o crecerá. Se trata de una especie introducida en la región. Originalmente habitaba en gran parte de Eurasia y algunas zonas del norte de África.
«Una de las cuestiones que puntualizamos en nuestro trabajo es la necesidad de que se lleve a cabo un monitoreo sanitario intensivo, permanente y a nivel nacional del jabalí», explicó Sebastián Ballari, biólogo, investigador del Conicet e integrante del Programa de Estudios Aplicados a la Conservación del Parque Nacional Nahuel Huapi (CENAC), en Río Negro.
Qué se sabe sobre triquinosis en la región
Si bien el porcentaje de jabalíes afectados por el parásito fue bajo, los científicos consideran que es una señal de alerta. Porque podría aumentar.
Además, en el estudio mencionaron que en Río Negro y Neuquén se notificaron entre 39 y 231 casos humanos entre 2012 y 2018. En esos casos, el cerdo doméstico, el jabalí y el puma fueron los principales hospedadores involucrados en las infecciones.
Hoy, de acuerdo con el investigador, la erradicación del animal exótico en zonas continentales y de grandes extensiones ya no es posible. En cambio, en áreas más pequeñas como las protegidas o en sectores puntuales, sí se puede aplicar algún plan de manejo. La colocación de barreras físicas como alambrados es factible, pero siempre en superficies acotadas.
Cómo se hizo el estudio
Para llevar adelante el estudio, se analizaron 1.694 jabalíes cazados en los Parques Nacionales Nahuel Huapi y Lanín y en zonas aledañas. Se recogieron las muestras de músculo esquelético y se realizó una digestión artificial de todas las muestras. De allí surgió que el 5,8% de los jabalíes tenía presencia de Trichinella spiralis.
Ante esos resultados, los investigadores consideran que debe desarrollarse una vigilancia epidemiológica rutinaria en las ciudades y sus alrededores.
El riesgo es que los parásitos de los animales llegue a la salud humana. La triquinelosis puede aparecer por no tener la cocción adecuada de la carne del jabalí que se consume, o al hacer chacinados con animales enfermos sin haber sido sometidos a análisis.
«Es la infección más conocida, pero también hay otras como tuberculosis, brucelosis, leptospirosis, hepatitis B. Tiene que ser considerada a la hora de manipular la especie cuando esté en contacto con animales domésticos», aclaró el investigador.
Cuáles son las soluciones
Lo recomendable es «mantener a raya a las poblaciones y que los impactos negativos sean los mínimos posibles y aceptables para las poblaciones», describió.
Cada plan de manejo debe ser adecuado a cada zona porque no es lo mismo la situación en un área agrícola ganadera como la de un área protegida. «Sumado a eso habrá un montón de cuestiones de las propias características topográficas del lugar, de la cantidad de individuos que haya, entre otros factores», dijo.
Lo importante es que a nivel nacional sea reconocida como una especie problemática que hasta el momento no es así. El riesgo no es solo ecológico porque pone en peligro la biodiversidad, sino de daños económicos como para la agricultura y la ganadería. «Afecta tanto al ser humano como al ganado y la vida silvestre», señaló.
