COMUNICADO DEL HOSPITAL CARLOS BURDES

La lucha de los trabajadores de la salud no terminó, pero ya hizo historia. Los elefantes somos enormes y dejamos huella.

Hace ya más de 60 días que los trabajadores de salud nos autoconvocamos e iniciamos la lucha por la defensa de nuestros derechos y los de toda la población. El punto de partida fue que nuestra voz no fue escuchada por los gremios que nos representaron frente a la mesa salarial de febrero, los dirigentes de ATE y UPCN aceptaron un miserable 12% de aumento sin considerar los votos en rechazo de las asambleas que se realizaron en cada hospital, en un acto claramente antidemocrático y de traición a las bases trabajadoras.

El gobierno, que nos aplaudía por estar en la primera línea de atención en esta pandemia, congeló nuestros salarios durante parte del 2019 y todo el 2020 , y sólo ofreció el 12% de aumento para los dos años, cuando los índices de inflación son 5 veces mayores al día de la fecha.

El escenario sanitario es crudamente crítico, y las proyecciones para este año son aún más desalentadoras. ¿Quién va a garantizar el derecho a la salud de la población? Los trabajadores de salud somos los que siempre estamos, pero la emergencia sanitaria precarizó aún más nuestras condiciones de trabajo.

Por eso estamos y seguimos en lucha. Autoconvocados, denunciamos la burocracia, la corrupción y los aprietes de los sindicatos. Organizados desde abajo, desde la horizontalidad, los trabajadores de todos los centros de salud y hospitales de la provincia de Neuquén sostenemos la bandera de la defensa de la salud pública, e iniciamos medidas de fuerza como movilizaciones, asambleas, entrega de petitorios. Estas medidas, ignoradas por el gobierno, fueron complejizándose hasta llegar a los cortes de ruta. Responsabilizamos al gobierno por los inconvenientes generados por los piquetes, porque fueron su inoperancia e indiferencia lo que nos llevó a las rutas.

22 días los trabajadores de salud no estuvimos en los hospitales ni en los centros de salud, sino que permanecimos en los más de 20 piquetes que se distribuyeron en toda la provincia. Muchos de nosotros, trabajadores del hospital de Mariano Moreno, acompañamos el corte de la ciudad de Zapala, entendiendo que debíamos tener una participación activa en este conflicto. La frase “Si Gana salud Ganamos todos” se fue haciendo cuerpo en la comunidad, el enorme apoyo fue tejiendo una firme alianza con el pueblo trabajador, hecho que los funcionarios descalificaron, pero que en realidad legitimó más nuestra lucha. Es verdad que algunas minorías no entendieron nuestros reclamos, muchos medios de comunicación abonaron estas diferencias, pero no sirvió para fracturar nuestra lucha.

Como frutos concretos de nuestra lucha logramos que la justicia y el obispado se ofrezcan como mediadores entre los auto convocados y el gobierno. También conseguimos la apertura de una nueva mesa salarial en abril, con un ofrecimiento de un aumento del 53%, extensible a otras reparticiones estatales. En las asambleas interhospitalarias de autoconvocados, se rechazó ese aumento por unanimidad, en disconformidad con la dilatación de las 5 cuotas. Pero ATE, una vez más, lo firmó sin contar el voto de todos los afiliados. Y el gobierno sigue sin escucharnos.

Por eso, la lucha continúa. Como gesto de empatía con las comunidades, se levantaron todos los piquetes excepto el de Villa La Angostura. Exigimos la restitución inmediata de los salarios descontados, la anulación de los sumarios administrativos y el cese de la persecución a quienes seguimos llevando adelante medidas de fuerza. También pedimos el pase a planta de los trabajadores eventuales.

Las autoridades de salud deben garantizar condiciones salariales y laborales para que estemos en la primera línea dando respuesta a la segunda ola de contagios y a todas las necesidades de atención de la población.

La lucha de salud continúa. Los elefantes, en manada, seguimos pisando fuerte.